Inicio / Noticias / Noticias de la Industria / ¿Cómo afrontan las telas no tejidas la influencia de factores ambientales externos como los rayos ultravioleta, el viento y la lluvia?

¿Cómo afrontan las telas no tejidas la influencia de factores ambientales externos como los rayos ultravioleta, el viento y la lluvia?

Paños no tejidos se utilizan ampliamente en diversas aplicaciones, incluidos entornos al aire libre, donde a menudo están expuestos a los rayos ultravioleta (UV), el viento, la lluvia y otros factores ambientales hostiles. Para hacer frente a estas condiciones y garantizar la durabilidad, los tejidos no tejidos se someten a procesos de diseño y tratamiento específicos para mejorar su rendimiento.

La radiación ultravioleta del sol puede degradar los materiales con el tiempo, provocando que pierdan fuerza, se vuelvan quebradizos y pierdan color. Esto es particularmente problemático para aplicaciones no tejidas para exteriores, como lonas, textiles para exteriores o geotextiles.

Las telas no tejidas se pueden tratar con estabilizadores o inhibidores de rayos UV durante la producción. Estos aditivos absorben o bloquean los rayos UV, evitando que penetren en las fibras y causen daños. El dióxido de titanio y el óxido de zinc son ejemplos de compuestos comúnmente utilizados para este fin.

Las telas no tejidas hechas de fibras inherentemente resistentes a los rayos UV, como el poliéster (PET) o el polietileno (PE), son más estables bajo la exposición a los rayos UV en comparación con materiales como el polipropileno (PP), que tiende a degradarse más rápidamente cuando se expone a la luz UV.

Algunas telas no tejidas están recubiertas con películas o laminados resistentes a los rayos UV que protegen la tela de los efectos nocivos de la radiación UV. Esto es particularmente común en aplicaciones como cubiertas de muebles de exterior o tejidos agrícolas.

El viento puede provocar tensión mecánica y abrasión, lo que provoca la rotura de fibras y tejidos. Las telas no tejidas utilizadas en la construcción, la agricultura o los entornos al aire libre deben diseñarse para soportar tales condiciones.

Para resistir las tensiones mecánicas causadas por el viento, las telas no tejidas suelen fabricarse con fibras más fuertes o construcciones más gruesas. Las telas no tejidas perforadas, por ejemplo, ofrecen mayor resistencia a la tracción y al desgaste, lo que las hace adecuadas para entornos de alto estrés como cortavientos o cubiertas de suelo.

En determinadas aplicaciones, las telas no tejidas se tratan con revestimientos o laminados que hacen que la tela sea más resistente al viento. Por ejemplo, los revestimientos de poliuretano (PU) o PVC pueden agregar cualidades a prueba de viento, evitando que el material se rompa o se lo lleve el viento.

Las telas con una estructura más densa o con varias capas pueden resistir mejor el viento. Este enfoque se utiliza a menudo en aplicaciones al aire libre donde las telas no tejidas sirven como barreras o filtros protectores.

La exposición a la lluvia y al agua puede afectar las telas no tejidas, especialmente si no están diseñadas para soportar la humedad de manera efectiva. La resistencia al agua es esencial para aplicaciones como techos, geotextiles y cubiertas agrícolas.

Acabados repelentes al agua: Las telas no tejidas se pueden tratar con acabados hidrofóbicos que evitan que el agua penetre en las fibras. Estos acabados generalmente implican la aplicación de fluoropolímeros o recubrimientos a base de silicona, que hacen que el agua forme gotas en la superficie y se escurra.
Algunas telas no tejidas se hacen impermeables agregando una película laminada adicional o usando métodos de hilado que crean una lámina continua de fibra. Estas películas o estructuras laminadas proporcionan una barrera a la penetración del agua, lo que hace que la tela sea ideal para aplicaciones como cubiertas impermeables o envolturas protectoras.

Para aplicaciones como ropa para exteriores o productos médicos, es fundamental equilibrar la resistencia al agua con la transpirabilidad. Las telas no tejidas, como las telas SMS (spunbond-meltblown-spunbond), se utilizan a menudo en estos escenarios, ya que ofrecen resistencia al agua y al mismo tiempo permiten que escape el vapor de humedad, lo que garantiza la comodidad y evita la condensación dentro de la tela.

En ambientes con frecuentes tormentas de viento o polvo (como sitios de construcción, desiertos o campos agrícolas), las telas no tejidas deben resistir los efectos abrasivos de la arena y el polvo en el aire.

Para combatir los efectos de la arena y el polvo, se pueden fabricar telas no tejidas a partir de fibras resistentes a la abrasión como nailon, poliéster o poliamidas aromáticas. Estas fibras tienen una alta resistencia al desgaste, lo que ayuda a prolongar la vida útil del tejido incluso en entornos difíciles.

Las telas no tejidas laminadas o fuertemente unidas resisten la intrusión de partículas de polvo. La construcción puede implicar punzonado, unión térmica o unión química para aumentar la integridad general y evitar que la arena o el polvo penetren a través de la tela.

En aplicaciones como el control de la erosión o los sacos de arena, las telas no tejidas están diseñadas para proporcionar una barrera física contra la arena, la suciedad y otras partículas. Estos tejidos suelen combinar resistencia mecánica con resistencia al agua para ofrecer una protección integral contra los elementos.

El mantenimiento regular y la selección adecuada de materiales son clave para maximizar su longevidad en aplicaciones exigentes.